¿Cómo se traduciría esto en la práctica?
Supongamos que eres una marca con sede en el Reino Unido que envía accesorios de moda a clientes de EE.UU. Anteriormente, si el pedido promedio era inferior a 800 $, probablemente te evitabas de pagar los aranceles por completo. Ahora, estos mismos envíos están sujetos a derechos, impuestos y otros aranceles de importación tras los cambios introducidos en EE. UU.
O, si eres una marca australiana de cuidado de la piel, tus productos podrían estar sujetos a tarifas completamente diferentes: los aranceles varían según el tipo de producto y el país de origen, lo que significa que las empresas deberán tener en cuenta los nuevos costes en función del lugar desde el que se realizan los envíos y de lo que venden.
Para los vendedores de comercio electrónico y las pymes, las implicaciones son claras:
- Es posible que las estrategias de precios deban cambiar para tener en cuenta los aranceles e impuestos.
- Los costes de envío podrían aumentar, especialmente si los clientes no están dispuestos a absorber las tarifas adicionales.
- El abandono del carrito podría aumentar si los aranceles e impuestos no se comunican claramente al finalizar la compra.
Por eso es tan importante una planificación inteligente, ¡y este artículo está aquí para ayudarte!